En busca de la felicidad: El camino del emprendedor
Seguramente habrás escuchado sobre la película En busca de la felicidad, donde el personaje principal, interpretado por Will Smith, se enfrenta a diversas dificultades para convertirse en corredor de bolsa. Esta motivadora historia está basada en la vida real de Chris Gardner, ahora un exitoso empresario, quien tuvo que pasar por lo impensable para cumplir sus sueños.
En un inicio Gardner estaba interesado en la medicina, lo que lo llevó a enlistarse en la marina. De ahí pasó a trabajar como asistente en clínicas y hospitales, como en el centro de investigación médico de la Universidad de California y en el hospital de veteranos de San Francisco, donde trabajó por dos años. Tiempo después consiguió trabajo como vendedor de equipos médicos, con un sueldo menor a $30,000.00 dólares al año.
En un punto, Gardner decide invertir todos sus ahorros en la compra de equipos médicos para revenderlos. Sin embargo, los rápidos avances tecnológicos en el campo de la medicina junto con la acumulación de sus deudas llevan su primer emprendimiento al fracaso. Un día en la calle un hombre bajando de un Ferrari le llama su atención, le pregunta a qué se dedica y este responde que es agente de bolsa.
Le explica que no hace falta contar con una carrera universitaria para dedicarse a ello ya que solo hay que ser bueno manejando números y personas. Con esto, y tras haberle invertido diez años de su vida a la medicina, Gardner decide convertirse en corredor de bolsa.
Chris comparte su nueva meta con Linda, la madre de su hijo, pero ella no cree que pueda lograrlo. Luego, gracias a su insistencia, consigue una oportunidad para capacitarse en un programa para aspirantes a corredor de bolsa y deja su trabajo para dedicarse a tiempo completo a su reciente sueño.
Poco después Linda se muda a otra ciudad dejándolo solo con su hijo y sin un lugar donde vivir, ya que el poco dinero que ganaba lo usaba para pagar la guardería y comida del niño. Pensando que era lo necesario para cumplir su objetivo ambos se resignaron a pasar las noches durmiendo en iglesias, parques, baños públicos y albergues. Pero nada de esto lo desanimó, Gardner siempre era el primero en llegar y el último en irse de la oficina, y destacó por su gran persistencia durante las llamadas a los potenciales clientes.
Finalmente, y después de mucho termina la capacitación y le ofrecen un puesto de tiempo completo en la firma. Si algo nos podemos quedar con esta historia es la importancia de creer en uno mismo, aun cuando todos y todo parecen darnos la espalda. Como el mismo Gardner lo dijo “a veces tienes que hacer lo que tienes que hacer, antes de hacer lo que quieres hacer”. Debemos recordarnos que el camino al éxito nunca es una línea