José José y su eterna cuna de lobos
José José construyó una prominente carrera musical, pero a lo largo de su camino en el éxito cayó enamorado de tres mujeres que marcaron su vida y que aún hoy en día, dos de ellas, disputan su legitimidad como portadoras de su legado.
En 1971 José Sosa se casó con Natalia “Kiki” Herrera Calles, nieta del expresidente Elías Calles, una socialité que vivía a la altura de su nombre pero que también incursionó en la farándula y el mundo del entretenimiento por un breve momento y cuya muerte es un misterio aparte, su relación fue conflictiva y llena de marcadas diferencias sociales y generacionales ya que ella era 20 años mayor, al terminarse el amor vino un periodo en el que ella lo persiguió con demandas y la negativa al divorcio, casi por el puro placer de acosarlo.
Ya en una relación formal con la actriz y modelo Anel, en 1975, Kiki Herrera le concede el divorcio y vinieron los primeros dos hijos del príncipe de la canción Marysol y José, este último ha dedicado su vida a seguir los pasos y las interpretaciones de las canciones de su padre, la relación familiar sin embargo, se fue debilitando y en 1991 se divorcia de Anel Noreña.
Después de una fuerte recaída en el alcohol, adicción que marcó el destino del cantante, conoce a Sara Salazar en 1993, con quien comienza una nueva familia que tiene como fruto a Sara Sosa, conocida actualmente como “Sarita” y quien protagoniza la disputa por la herencia de todos los bienes y derechos intelectuales y artísticos que durante 50 años cultivó José José.
Los tres hijos respaldados cada uno por su madre se han dado a la batalla mediática y legal, Marysol y José argumentando mediante el testamento legal que firmara el intérprete en 1988 y Sarita mediante declaraciones ante instancias legales de Estados Unidos donde asegura ser la única hija de José José.
Aunada a la pelea legal en el ámbito mediático se suma al escándalo, y no por primera vez, la cantante Alejandra Ávalos con la que José José compartiera micrófonos y pantalla en la película Perdóname Todo (1995), una bien lograda, pero no oficial, versión de “Nace una Estrella” donde tienen una relación romántica y de aprendiz-maestro que deriva a través del alcoholismo, después de la muerte del cantante ha estado constantemente presente en medios hablando sobre el breve tiempo que le conoció y dando su apoyo incondicional a “las Saras” y a Manuel José.
El joven colombiano Manuel José, es un curioso caso de hace una década cuando aseguró ser hijo verdadero de José José y además ser el único que heredó su talento, desde su aparición en el programa “Yo me llamo”, se ha dedicado a imitar al cantante con verdadero éxito debido a la gran similitud de su voz con la del “Príncipe”, claro que en su momento los exámenes de ADN probaron que su teoría de ser hijo legitimo era falsa, claro que Alejandra igual que muchos fans, quieren seguir creyendo en ella por lo menos para levantar público en conciertos y producciones musicales.
Sin embargo, la vida de José José más allá de atropellada y llena de vicios deja atrás una brillante discografía y un muy buen ejemplo de la frase “nadie sabe para quién trabaja”, desde su juventud, los malos amigos, parásitos sociales y las celebridades con ganas de fama han tratado de ser beneficiarios del éxito de José, ahora en el último de sus destinos, es su hija menor a quien el público aún apunta como probable responsable del desmejoro en la salud del cantante en sus últimos días y su consecuente muerte, la que lleva el estandarte del final de la tormenta que a lo largo de toda su vida e incluso después de su muerte se une a su nombre artístico y hace de José José una de las figuras más enigmáticas y transcendentales de la cultura mexicana.