Los mosquitos y sus mitos
Redacción.- La relación humanos-mosquitos no es la mejor ni la más cómoda, pero es necesaria: los mosquitos son una parte fundamental en los ecosistemas. Debido a esto su erradicación es impensable; así que a las personas sólo les queda protegerse de ellos y de los mitos que giran a su alrededor.
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Los mosquitos son transmisores de peligrosas enfermedades como el dengue o la malaria, pero al mismo tiempo tienen un importante papel en la cadena alimenticia. El asesor médico del Diario de Almería, Antonio Ríos Luna, explica en un artículo que las larvas de este insecto son el alimento de insectos más grandes; y que en su etapa adulta son la principal fuente de proteínas de aves, murciélagos, peces y ranas.
Incluso, los mosquitos son polinizadores de algunas especies vegetales como las orquídeas. Su existencia contribuye de gran forma en el mantenimiento de los ecosistemas.
Además, refiere Ríos Luna, de las 3 mil 500 especies de mosquitos en el planeta, solo 100 se alimentan de sangre humana.
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Los factores para que un mosquito fije su objetivo en una persona son múltiples, aunque queda claro que están bastante lejos de aquellas ideas que han perdurado en el tiempo, como el gusto por la sangre de alguien que consume mucha azúcar o la atracción que sienten por la luz.
El biólogo especializado en parasitología y entomología, Helge Kampen, señala en entrevista para la DW que los mosquitos no son atraídos por la luz, sino por el aire que expiran las personas y las emanaciones corporales.
Por otro lado, Kampen apunta que la “sangre dulce”, vinculada con el consumo alto de azúcar, nada tiene que ver con la atracción de los mosquitos. Aunque puntualiza que sí hay una sustancia consumida por los humanos que sí influye directamente en este proceso: el alcohol.
El alcohol atrae a los mosquitos. Tras la ingesta de alcohol se modifican las emanaciones a través de la piel, y se vuelven más atractivas para los mosquitos”, dice el biólogo.
Helge Kampen explica que la presencia de los mosquitos es inevitable; por esta razón recomienda disminuir esta presencia evitando espacios con agua estancada en donde puedan reproducirse. Asimismo, sugiere cubrir las zonas accesibles del cuerpo para estos insectos con ropa larga y utilizar productos que contengan icaridina para evitar las picaduras.