Oxígeno puro a los contribuyentes: sobre el paquete económico para 2025
Silvino Vergara Nava
“Estamos padeciendo una crisis múltiple.
Miramos angustiados a un futuro tétrico.
De tantos problemas por resolver y de
tantas crisis por gestionar, la vida
se ha reducido a una supervivencia.”
Byung-Chul Han
Viendo las estadísticas y la información financiera que se arroja en los últimos días de la administración pública federal que ha finalizado y el inicio de la actual, teniendo como escenario la reforma al Poder Judicial, la ola de reformas constitucionales, la mayor perdida de empleos formales en los últimos años en el pasado mes de septiembre de 2024 en México, la devaluación del peso desde la fecha de las elecciones federales en el mes de junio de 2024, el barril sin fondo que es PEMEX, la necesidad de incrementar el presupuesto por el aumento de las pensiones otorgadas por el gobierno federal, las manifestaciones de algunos diputados del partido oficial sobre la necesidad de una reforma fiscal, el crecimiento económico en 0%, y de paso, el resultado de las elecciones en Estados Unidos de América, con ese escenario, no quedaba más que esperar que el paquete económico para el año de 2025, se convirtiera en una carnicería para los contribuyentes medianos, pequeños y micros.
Se esperaba que incrementaran las tasas impositivas para las personas físicas y que de paso, se endurecieran los delitos y las infracciones a los contribuyentes, es decir, se avizoraba un viernes negro el 15 de noviembre de 2024, con esa obligación constitucional de la administración publica federal al entregar a la cámara de diputados la iniciativa de ley de ingresos de la federación, el presupuesto de egresos y las modificaciones a las leyes tributarias, sin embargo, afortunadamente, eso no sucedió o no ha sucedido aun.
En el paquete económico que se ha presentado para que entre en vigor en el año de 2025, no se ha establecido cambio alguno a las leyes fiscales, por lo cual el sistema tributario se mantendrá en las mismas condiciones que como se tiene actualmente, a pesar de que no hay mucha alternativa de donde saldrán más recursos para esa instrucción global que se ha dirigido para México, de aumentar y expandir las pensiones a la población, no se ha modificado el sistema tributario, esto por lo menos, es oxigeno para el contribuyente de a pie, ante todo la información que circulaba en las redes sociales y en los medios de comunicación de posibles proyectos de reformas fiscales y de los derechos de los gobernados, por lo menos, no sucedió nada de eso, lo cual es un tanque de oxigeno a los contribuyentes de que el año de 2025, no tendrán que sobrevivir ante nuevas reformas fiscales, sin embargo, esto no es otra cosa que en parte, prudencia desde la administración pública federal, pues establecer una modificación fiscal que incrementara los impuestos, o medidas más represivas a los contribuyentes, resultaría mortal para muchos de ellos.
Basta con recordar lo que sucedía hace poco más de diez años en México con la denominada “Reforma Hacendaria”, del gobierno del presidente Peña Nieto, toda la relación entre contribuyentes y autoridades fiscales se tecnificó, se volvió digital, electrónica, es bien sabido que poblaciones enteras dejaron de tributar, suspendieron sus actividades fiscales, pero no las económicas, muchas de las empresas y personas físicas que no correspondían a la era digital, ante el temor del buzón tributario, la facturación electrónica, etc., lo que optaron fue entrar a la economía informal o de plano, cerrar sus puertas.
Ahora, nos enfrentamos a que, si no hubo reformas fiscales es por un acto de prudencia, aunque siendo un poco pesimistas, pudiera decirse que fue porque no les dio tiempo de preparar esas reformas fiscales que serian una carnicería a los contribuyentes.
Pero, esta medida para el año de 2025, no es otra cosa que un mero bálsamo a los contribuyentes, pues lo cierto es que, ya se escucha en los pasillos del Congreso de la Unión y de la Secretaria de Hacienda de la necesidad de una reforma fiscal, y esto es sinónimo de más impuestos, mas represión fiscal, lo cual pudiera suceder para el año de 2026, posiblemente se esta fraguando esa reforma a lo largo del próximo 2025, para lo cual, esperemos que existan la mesura y prudencia que hubo en esta ocasión, pues lo cierto es que la mediana, pequeña y micro empresas no aguantan más cargas impositivas, más presión y presencia fiscal, estamos en condiciones muy graves de supervivencia, no solamente por las cargas fiscales, sino por el aumento del salario mínimo que repercute en mayor pago de impuestos, el incremento en los derechos laborales por ordenes del T-MEC, por la competencia salvaje de los grandes monopolios, por la variación del valor del peso ante el dólar, por la falta de certidumbre jurídica, por la permisión del contrabando de productos asiáticos que han reventado la producción nacional, por la inseguridad pública que palpita en cada calle de nuestra nación, todo ello es de lo que debe de afrontar el contribuyente de a pie, que por lo menos hoy, se le dio una tregua fiscal para el año de 2025. (Web: parmenasradio.org)