Opinión

Ganbatte: El poderoso mensaje japonés que reemplaza al ‘buena suerte’

18 julio, 2025 1:36 pm
Alejandro Kasuga

En Japón, no se desea suerte: se pide esfuerzo. ¿Qué podemos aprender de esta diferencia cultural?

En los países de habla hispana, especialmente en México y América Latina, es común desearle a alguien “¡buena suerte!” cuando está por enfrentar un reto. Ya sea una entrevista de trabajo, un examen, una competencia o un nuevo proyecto, nuestras expresiones de apoyo suelen centrarse en el deseo de que todo salga bien… por factores externos. Sin embargo, en Japón, esa misma intención de aliento se expresa con una palabra muy distinta: ganbatte (頑張って). Y su significado va mucho más allá de lo que parece.

Lejos de delegar el resultado al azar, ganbatte es una invitación directa a esforzarse al máximo, a darlo todo, a no rendirse. Es un mensaje activo, lleno de intención, compromiso y energía. En lugar de esperar que la fortuna acompañe a quien se enfrenta a un desafío, los japoneses le recuerdan que su determinación y esfuerzo son los factores más importantes para alcanzar el éxito.

Una palabra cotidiana con gran trasfondo cultural

Ganbatte (forma imperativa informal del verbo “ganbaru”) podría traducirse como:

• “¡Esfuérzate!”

• “¡Haz tu mejor esfuerzo!”

• “¡No te rindas!”

• “¡Dalo todo!”

Su uso es común en contextos cotidianos: desde una madre alentando a su hijo en un examen escolar, hasta un entrenador deportivo animando a su equipo antes de un partido. Pero también lo dicen los compañeros de trabajo antes de una presentación importante, o incluso los extraños, como una forma empática de aliento.

La raíz del verbo 頑張 (ganbaru) está compuesta por dos kanji:

: “obstinado”, “terco”, “firme”

: “estirar”, “tensar”, “extender”

Esto revela que no se trata solo de trabajar duro, sino de mantenerse firme, incluso cuando las circunstancias se tornan difíciles. La idea de no rendirse, de seguir intentándolo aunque el camino sea complejo, está profundamente arraigada en la educación y cultura japonesa.

¿Por qué no dicen “buena suerte”?

El idioma refleja cómo piensa una sociedad.

Mientras en muchas culturas occidentales se deja espacio al destino, a la suerte o a “ver qué pasa”, en Japón la idea de éxito está más ligada a lo que uno controla con su voluntad. Por eso, decir “ganbatte” es mucho más que un simple deseo: es una muestra de confianza en el esfuerzo individual. Significa: “confío en que puedes lograrlo si te lo propones”.

Este matiz no es menor. Habla de una cultura que valora el esfuerzo por encima del resultado, que premia la constancia más que la genialidad, y que pone el énfasis en el proceso, no en la suerte o el azar.

Más allá de las palabras: una filosofía de vida

Durante mi experiencia profesional y académica en Japón, pude ver cómo este principio de “ganbaru” se aplica en múltiples ámbitos:

• En las empresas, donde se reconoce más al trabajador constante que al que solo brilla ocasionalmente.

• En los deportes escolares, donde incluso los equipos que pierden reciben aplausos por haber dado su máximo esfuerzo.

• En situaciones de crisis nacional, como terremotos o tsunamis, donde la sociedad se une bajo el lema “Ganbarou Nippon” (¡Vamos a esforzarnos, Japón!), como una manera colectiva de levantarse y reconstruirse sin esperar milagros.

No se trata de una visión ingenua del esfuerzo. No es decir “échale ganas” sin rumbo. Es una filosofía práctica y constante, donde el esfuerzo es una forma de vida. En ese sentido, ganbatte no solo es una palabra de aliento, sino una forma de encarar la realidad con responsabilidad, compromiso y optimismo activo.

¿Y si lo aplicamos en México?

¿Qué pasaría si en lugar de decirle a nuestros hijos, colaboradores o amigos “suerte en el examen” o “ojalá te salga bien”, les dijéramos con convicción: “¡Haz tu mejor esfuerzo!”?

Cambiar el enfoque de la suerte al esfuerzo tiene un enorme potencial educativo, organizacional y social. Fomenta la autoeficacia, es decir, la percepción que una persona tiene sobre su capacidad para lograr objetivos. Las personas que creen que su destino depende de lo que hagan, no de lo que les ocurra, suelen ser más resilientes, más responsables y más enfocadas.

Desde la escuela hasta el ámbito empresarial, esta mentalidad puede marcar una diferencia real. El trabajador que siente que su desempeño depende de él mismo, no de la suerte o las circunstancias, es más proactivo. El alumno que entiende que el éxito no está en ser “inteligente”, sino en practicar y esforzarse, tiene una ventaja formativa para toda la vida.

Ganbatte como motor del cambio

En un México que necesita reconstruir confianza, fortalecer su tejido social y fomentar la cultura del esfuerzo, introducir esta lógica puede ser transformador. No significa renunciar a nuestra calidez latinoamericana, sino enriquecerla con una visión más activa y comprometida.

Como consultor, he promovido este principio dentro de metodologías como Kizukai, donde se enseña que el cambio organizacional no depende de un líder iluminado, sino del esfuerzo diario de cada persona por mejorar su entorno.

Aplicar el “ganbatte” en nuestras organizaciones, familias, escuelas y comunidades es sembrar una cultura de disciplina, de mejora continua y de autorresponsabilidad.

Conclusión

La próxima vez que alguien cercano esté por enfrentar un reto, prueba con un “ganbatte”. No es solo una palabra japonesa; es una herramienta cultural que nos recuerda que no hay mejor suerte que la que uno mismo se construye con su esfuerzo.

En un mundo cada vez más incierto, el mensaje de “¡haz tu mejor esfuerzo!” puede ser el impulso que necesitamos para tomar las riendas de nuestras vidas, con valentía y determinación.

📌 Alejandro Kasuga es autor del libro Kizukai: Kaizen aplicado a la cultura organizacional, y fundador de A. Kasuga Consultores, con más de 20 años de experiencia en el puente empresarial México–Japón.





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