Aumenta incidencia de trastornos alimenticios durante pandemia por Covid-19

8 junio, 2021 8:12 pm

Redacción.- Al igual que con la rutina laboral y escolar, la pandemia por Covid-19 también alteró la rutina alimenticia de la población. Unos kilos de más, unos kilos de menos: no importa, la televisión y las redes sociales lo han reprochado por igual, aseguran especialistas que, paralelamente, advierten que eso provocó un incremento significativo en los trastornos alimenticios.

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Mensajes tan recurrentes como ‘vigilar qué comemos y cuánto comemos’ o ‘¿cómo vamos a quemar todo lo ingerido si no podemos salir?’ han incitado a muchas personas a mirar con más detalle aspectos de su alimentación y su cuerpo que, hasta ese momento, les habían pasado desapercibidos”, explica la psicóloga general y especialista en trastornos de la conducta alimentaria de Instituto Psicológico Cláritas, Loreto Montero Soto, en entrevista para el periódico El Mundo.

Montero Soto refiere que especialistas en el tratamiento de patologías como la anorexia o la bulimia han notado “el devastador efecto de la Covid-19 con un aumento abrumador de pacientes demandando atención médica y psicológica”.

De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud federal, en 2020 en México se registraron mil 883 nuevos casos de desórdenes alimenticios; 6 de cada 10 en mujeres. Chihuahua, Estado de México y Jalisco fueron las entidades con mayor incidencia. Aunque diversos expertos consideran que existe un subregistro, pues no todas las personas buscan atención médica.

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La incertidumbre, el miedo a contagiarse y a contagiar, la demanda de responsabilidad, la exposición al sufrimiento, el cese de las actividades colectivas, la transformación de la vida académica o la reducción de los espacios de intimidad no han hecho más que agravar la situación de vulnerabilidad de los individuos propensos a desarrollar cuadros de anorexia nerviosa, especialmente, en la edad adolescente”, señala la psicóloga.

No obstante, “conviene remarcar que ni la edad ni el sexo constituyen una barrera para la aparición de los trastornos de la alimentación. Desde la infancia hasta la vejez, la relación con la comida puede ser expresión de un malestar interno o con el ambiente”, enfatiza la especialista.

Algunas señales de alarma, dice Montero Soto, son la preocupación por el peso y la figura (hablar con frecuencia de comida, calorías, peso), el aislamiento social (rechazo a la socialización, sentirse diferente, competitividad o comparación exagerada) y el aumento de interés por webs específicas o redes sociales sobre dietas, imagen corporal y autolesiones.





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