Opinión

Datos históricos para no olvidar: Josefa Ortiz de Domínguez

27 septiembre, 2022 5:33 pm
Gabriela Hernández Huerta

“No se debe premiar a quien sirve a la Patria, sino castigar a

quien se sirve de ella”.

Josefa Ortiz de Domínguez

 

En el proceso de esta lucha por la Independencia, las mujeres participaron y lo hicieron desde todas las trincheras, en todos los ámbitos, no sólo como enfermeras y cocineras, sino como dirigentes e ideólogas, combatientes armadas, organizadoras, espías, propagandistas, estrategas y también en el apoyo logístico.

Es la última semana de septiembre y cierro este mes patrio con la vida de otra gran mujer, personaje clave en el movimiento independentista, y me refiero a María Josefa Crescencia Ortiz Téllez-Girón Domínguez, conocida como Josefa Ortiz de Domínguez, quien fue una de las primeras participantes en la conspiración de Querétaro y pieza clave en el inicio de la lucha que encabezó el cura Miguel Hidalgo. Fue esposa del corregidor de Querétaro, Miguel Domínguez, por lo que es conocida popularmente como la Corregidora.

Josefa Ortiz de Domínguez fue una mujer ilustrada y su participación en la organización del movimiento de Independencia fue fundamental.

La proeza de Josefa que ha sido más reconocida, consiste en el hecho de que al saber que la conspiración en que participaban había sido delatada al gobierno virreinal, ella logró dar aviso a Ignacio Allende, a los hermanos Juan e Ignacio Aldama y a Miguel Hidalgo, que iban a ser aprehendidos.

Josefa Ortiz de Domínguez no fue una mujer que pasara desapercibida en la sociedad mexicana de aquella época. Y ciertamente su personalidad fuerte y sus cualidades, la llevaron a ser una mujer adelantada en su tiempo, por la que muchos la tildaran como una de las heroínas de la historia de México.

Josefa Ortiz de Domínguez “La Corregidora”, nació en la ciudad de Morelia el 8 de septiembre 1768. Sin embargo, algunos historiadores sitúan su nacimiento en la Ciudad de México. Sus padres fueron José Ortiz, un militar capitán de un regimiento, y su madre, Manuela Girón de Calderón, que provenía de una familia noble española.

Sus padres murieron cuando ella era muy joven. Poco tiempo después, se trasladó a la Ciudad de México para estudiar en San Ignacio de Loyola (actualmente Colegio de las Vizcaínas).

Sin embargo, Doña Josefa abandonó la escuela para contraer nupcias con el abogado Miguel Domínguez. Tiempo después, su esposo fue nombrado Corregidor de Querétaro. En ese momento, Josefa, inteligente y de carácter impetuoso, abrazó la causa de la Independencia a instancias de Ignacio Allende, prometido de su hija.

Las reuniones para la llamada Conspiración de Querétaro en ocasiones se llevaban a cabo en la casa de los Domínguez. Otras, según algunos historiadores, en la casa del presbítero José María Sánchez. Aunque siempre se hicieron disfrazadas de “tertulias literarias”. A estas asistían militares, políticos, abogados, sacerdotes, artistas e intelectuales, y por supuesto, Doña Josefa y Miguel Domínguez, quienes tenían un papel preponderante.

Además, aquí se fueron ideando otras conspiraciones como la de San Miguel, Celaya, Guanajuato, San Felipe, San Luis Potosí y la Ciudad de México. El encargado electo por todos los conspiradores para dirigir estos movimientos fue el cura Miguel Hidalgo.

El inicio de la insurgencia estaba previsto para el primero de octubre de 1810. Sin embargo, aparecieron un par de traidores que dieron aviso al gobierno novohispano: Joaquín Arias y Juan Garrido. Y, como era de esperarse, la mayoría de los involucrados fueron arrestados entre el 13 y 14 de septiembre. A pesar de esto, la Corregidora, alcanzó a dar aviso a Ignacio Pérez. Este, al conocer la noticia, la mañana del 15 de septiembre, cabalgó hasta San Miguel de Allende y se la notificó a Juan Aldama, y él, a su vez, cabalgó hasta Dolores para avisar a Miguel Hidalgo.

Ante esta situación, Hidalgo decidió adelantar el inicio de la lucha armada. Por lo tanto, la madrugada del 16 de septiembre de 1810 dio el Grito de Dolores, iniciando así la Guerra de Independencia.

Josefa Ortiz de Domínguez fue encarcelada por órdenes del Virrey en el convento de Santa Teresa la Antigua en la Ciudad de México, y posteriormente en el de Santa Catalina de Siena.

Falleció en la Ciudad de México el 2 de marzo de 1829 a la edad de 61 años. Sus restos fueron enterrados en el Convento de Santa Catalina. Aunque, algunos años después fueron trasladados a Querétaro para que descansara junto a su marido.





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