La aún lejana inmunidad colectiva para controlar la covid-19

Redacción.- Para cualquier región que enfrenta una enfermedad altamente contagiosa, la meta es llegar a la inmunidad colectiva; es decir, que la mayoría de su población se vuelva inmune a la infección.

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Cuando suficientes personas de una comunidad están protegidas contra una enfermedad contagiosa, es difícil que la infección se propague […] reciben cierto grado de protección, porque la enfermedad contagiosa se contiene”, señalan los Institutos Nacionales de Salud (NIH, en inglés) de Estados Unidos.

En el caso de la covid-19, para llegar a esta protección colectiva se requiere que aproximadamente el 80 por ciento de la población genere los anticuerpos necesarios. Estos últimos pueden llegar a las personas a través de dos vías: un contagio o una vacuna.

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La primera es una opción descartada, al menos si se actúa de manera responsable, ya que una infección por coronavirus puede terminar en una muerte. Aún con los graves e intensos brotes de la enfermedad en varios países y ciudades, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), ninguno ha llegado al porcentaje requerido a través de esta vía.

Por otro lado, el ritmo dispar de la vacunación, los vacíos registrados en su cobertura —por ejemplo, el hecho de que aún no se pueda vacunar a niños— y futuras variantes que pudieran resistirse a los fármacos disponibles alejan al mundo de la inmunidad colectiva, explica el director científico de la Sociedad de Infectología del Distrito Federal de Brasil, José David Urbaez, en entrevista para la agencia de noticias EFE.

Con el ritmo actual, eso (la inmunidad) ocurrirá a finales de 2022 o inicios de 2023”, puntualiza Urbaez.

Hace unas semanas, la OMS consideró improbable que algún país o comunidad alcance pronto el alto nivel de inmunidad colectiva que se requiere para controlar la transmisión de Covid-19, ni siquiera los países que han experimentado una alta incidencia de casos ni aquellos que van avanzados en su vacunación.