Opinión

La emoción del firmamento

14 febrero, 2025 8:01 pm
Eduardo Pineda

Desde tiempos inmemoriales. La humanidad se ha preguntado qué hay más allá del azul del cielo, al ponerse el Sol observamos un techo obscuro adornado por centellas de luz, algunas con brillo estático y otras titilantes como el pabilo ardiente de una vela que danza entre la penumbra.

Las preguntas de la humanidad a lo largo de la historia son, en esencia, las misma: qué hay más allá, cuáles son las fuentes de esos brillos del firmamento nocturno, en dónde están, por qué se mueven, hacia dónde van, ¿somos nosotros otro de esos puntos brillantes? ¿hay alguien del otro lado del cielo que nos observa igual que nosotros observamos su hogar errando por el universo? ¿cuánto mide el universo? ¿hasta dónde llega? ¿desde cuándo existe? ¿quién lo creó? ¿para qué lo creo? ¿cuál es la materia prima de las estrellas? ¿qué nombres reciben y quién les ha dado esos nombres? ¿es el Sol otro de esos puntos brillantes del universo? ¿la luna también? ¿por qué ella se ve diferentes tamaños y formas durante las semanas de un mes? ¿tiene algo que ver la posición de nuestro planeta en el universo con el día y la noche, con las estaciones del año?…

¡Uf! Son muchas preguntas y estas son sólo algunas, hay más, hay tantas preguntas como preguntadores y tantas respuestas como colectivos humanos dispuestos a proponerlas; desde chamanes y astrólogos hasta astrónomos y astrofísicos. Y, una de esas personas que han dedicado su vida a proponer respuestas a algunas de estas interrogantes, es Julieta Fierro, investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México y divulgadora científica, quien ha recorrido nuestro país y otros lugares del mundo llevando su experiencia en el estudio de los astros a todos los públicos, despertando así vocaciones y ensueños en los niños y jóvenes que la escuchan.

Recordemos la etimología de la palabra divulgar, “di” significa ir, “vulgos” quiere decir pueblo, ambas son palabras del latín. Entonces, divulgar es “ir al pueblo”. Desde el significado de la palabra debemos entender que aquellas personas que reúnen un conjunto de saberes y desean divulgarlos, tendrán -por definición- que ir al pueblo, acudir a los colectivos humanos para transmitir, en un lenguaje apropiado a su público, aquello que poseen como conocimiento o experiencia. Los soportes para tal efecto son varios: textos en revistas o libros, contenidos gráficos en medios impresos o digitales, charlas orales, talleres, cursos, capacitación a docentes y/o padres de familia y un muy largo etcétera.

Dicha labor divulgativa implica esfuerzo, vocación y determinación, superar retos y obstáculos y complementar los quehaceres de la investigación con la actividad de dar a conocer los resultados. Por ello celebro que existan personas como Julieta que desde hace décadas dedican gran parte de su tiempo a esta tarea que deriva en el despertar de las vocaciones y abona a la formación humana e intelectual de sus semejantes.

Julieta Fierro es la observadora del cosmos, la narradora de la historia que mira y que nos la cuenta de una forma tal que nos devuelve la capacidad de asombro al mismo tiempo que nos muestra la realidad que la ciencia ve, poniendo de manifiesto su pasión y entrega por transmitir lo que a ella misma le asombró hace años, cuando apenas era una niña.

Eduardo Pineda

eptribuna@gmail.com





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