La polémica del Mundial de Qatar inició desde el 2010
La elección, en 2010, del primer Mundial en el Medio Oriente generó sospechas y suspicacias desde el primer día. Años después, se comprobó que una red de sobornos e irregularidades le dieron vida a Qatar 2022.
El proceso de designación del primer Mundial árabe fue vinculado con un plan de sobornos a diferentes miembros del Comité Ejecutivo de la FIFA para favorecer a un emirato de nula tradición futbolística, escasa amplitud territorial y temperaturas agobiantes, pero con una ferviente ambición de establecerse como capital deportiva.
La elección, en 2010, del primer Mundial en el Medio Oriente generó sospechas y suspicacias desde el primer día. Años después, se comprobó que una red de sobornos e irregularidades le dieron vida a Qatar 2022. 2 de diciembre del 2010 la FIFA escogió las sedes controvertidas de dos Mundiales, Rusia y Qatar. En cuanto al emirato, era un país sin ninguna tradición futbolística, con sólo 1.7 millones de habitantes, con escenarios separados un máximo de 67 kilómetros, con temperaturas tórridas y con la necesidad de poner patas arriba todo el calendario internacional al jugarse un Mundial en noviembre y diciembre. Pese a todas estas contraindicaciones Qatar se impuso a Estados Unidos, Australia, Corea del Sur y Japón.
La Copa del Mundo de Qatar escondió una trama de negociaciones subterráneas, con miles de millones de dólares en danza, lo que desembocó en el mayor escándalo de corrupción de la historia del fútbol.
El “Lado B” de Mundial 2022 se grabó las semanas previas al 2 de diciembre de 2010, cuando el suizo Joseph Blatter, entonces presidente de la FIFA, anunció que Qatar le había ganado a Estados Unidos en la última instancia de elección, tras marginar antes las aspiraciones de Australia, Corea del Sur y Japón.
El país norteamericano era favorito para organizar la máxima cita del fútbol por segunda vez después de 1994. El propio Blatter, ya suspendido en su cargo, reconoció que “había un acuerdo para llevar el Mundial 2018 a Rusia y Europa del Este, y el Mundial 2022 a Estados Unidos”.
“De esa manera, íbamos a tener la Copa en los dos países de mayor poder político”, reveló. Sin embargo, Qatar, a pesar de los factores que le jugaban en contra, pero con sobornos de por medio, pudo derrotar aEstados Unidos en la ronda final con 22 votos a su favor contra 14 en contra.
En toda trama suele haber unos ideólogos y unos ejecutores. En el caso de Qatar siempre se ha atribuido el papel de ejecutor a Mohammed bin Hamman, a quien se acusó de desembolsar 3,7 millones de euros a través de hasta diez testaferros para sobornar a algunos dirigentes de la FIFA y conseguir votos clave.
Hamman era en la época el presidente de la Federación qatarí y también presidente de la Confederación Asiática de fútbol. Una frase significativa que se pone en su boca es la siguiente: “Sabe, en mi corazón me gustaría votar por Inglaterra pero sólo votaría por el país de Europa que me dé la mayor cantidad de votos para Qatar. Tengo que hacerlo por mí país”.