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La Torre Eiffel

7 marzo, 2023 8:49 am
Gabriela Hernández

Ubicada en el extremo del Campo de Marte a la orilla del río Sena, este monumento símbolo de Francia, es la estructura más alta de la ciudad. Con una altura de 300 metros, prolongada más tarde con una antena hasta los 324 metros, la Torre Eiffel fue la estructura más elevada del mundo durante 41 años. Fue construida en dos años, dos meses y cinco días.

Inicialmente nombrada “Tour de 300 metres” (Torre de 300 metros), la Torre Eiffel se construyó entre 1887 y 1889 por el ingeniero francés Gustave Eiffel, cuya empresa estaba especializada en construcciones de madera y estructuras metálicas. Gustave Eiffel fue responsable de numerosas construcciones metálicas en Europa, incluyendo el Viaducto de Oporto (Portugal), el Viaducto de Garabit (Francia) y la Estación de Budapest (Hungría).

Su construcción tuvo como finalidad la de ser una de las principales atracciones de la Exposición Universal de París en 1889. Marcada por el progreso industrial y de las grandes construcciones del hierro y el acero, la Exposición Universal de ese año ocupaba todo el Campo Marte de la ciudad. Y es que la Torre se inauguró en 1889, año en que se celebraba el primer centenario de la Revolución Francesa.

Corría la segunda mitad del siglo XIX cuando Europa comenzaba a cosechar los frutos económicos de la Revolución Industrial, la cual había hecho su aparición en el siglo XVIII. Con el tiempo, el nuevo sistema de producción había implicado un rearme económico de los países europeos industrializados. Como consecuencia, estos países extendieron sus mercados y dominios hacia África y Asia, constituyendo la forma moderna de lo que históricamente se ha llamado “imperialismo”. Y, en ese contexto, aparecieron las exposiciones universales con el objetivo de dar a conocer los avances industriales y productos manufacturados de los países, en búsqueda de nuevas oportunidades de negocios, intercambio, expansión y prestigio.

Las exposiciones universales sucedieron a las exposiciones nacionales que ya se hacían en Francia y fueron replicadas en otros países. Sin embargo, la primera Exposición Universal propiamente dicha se celebró en Inglaterra en 1851. En 1889, le tocaría el turno a Francia.

Es entonces que, como preparación para la Exposición Universal de ese año, año del centenario de la Revolución Francesa, el Estado francés convocó a un concurso para construir una inmensa torre que enalteciera el orgullo de la industria y la nación. Ese coloso debía tener ciertas características: una base cuadrada, con una torre de hierro, 300 metros de alto y 125 metros laterales.

Resultó elegido el proyecto de los ingenieros Maurice Koechlin y Emile Nouguier y del arquitecto Stephen Sauvestre. Este último fue convocado para darle un aspecto más estético a este monstruo de hierro que se levantaría en la ciudad de las luces. Pero su nombre se debe a quien la hizo económicamente posible, el empresario Gustave Eiffel, a quien se le dieron los beneficios de la concesión por 20 años, al término de los cuales debía desarmarla.

En realidad, este proyecto ya se había presentado en otras ciudades, pero fue rechazado varias veces por no adecuarse a la estética urbana, tales como Barcelona. Asimismo, algunos artistas y humanistas en su momento, se opusieron a la construcción de la Torre en París. Por un lado, se temía que se pudiera desplomar, pues nunca se había visto un edificio de esas dimensiones ni de esos materiales. Sin embargo, y a pesar de la súplica de ellos, no fueron escuchados. Los trabajos de construcción se iniciaron en el mes de enero de 1887 y finalizaron el 31 de marzo de 1889.

Cuando fue abierta al público, la Torre no tenía elevadores, aun así, el éxito fue rotundo. En 1900, antes de terminar la concesión del empresario Eiffel, la Armada Francesa decidió colocar una antena de radio en el extremo más alto de la Torre, convirtiéndose en un punto estratégico y neurálgico de la ciudad, lo que pospuso indefinidamente su desmontaje.

Y es así que, gracias a su altura y a su silueta única a nivel mundial, la Torre Eiffel es una de las atracciones más populares de París. Como dato curioso cabe destacar que, con sus 300 metros de altura, fue el edificio más alto del mundo desde su construcción hasta 1930, año en que el Edificio Chrysler de Nueva York le arrebató el puesto.





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