Más pensiones, más consumidores
Silvino Vergara
“Los préstamos tomados por el Estado,
al igual que los de los consumidores,
son para financiar el consumo,
no la inversión.”
…
“La norma que transgreden los pobres
de hoy, y cuya transgresión los
condena al rótulo de “anormales”,
es la norma de aptitud
del consumidor, no la del empleo.
Los pobres de hoy son
“los no consumidores”,
no los “desempleados”…
Zygmunt Bauman
Iniciando esta nueva administración pública federal en 2024, se han anunciado ya varias noticias respecto a más apoyos para la población, en particular, pensiones para mujeres, para personas menores de 65 años, para jóvenes, para estudiantes, es decir, lo que estará proliferando son más apoyos a la población por parte del Estado, vía ayudas económicas sin condicionante alguna, es decir, no se trata de préstamos, no se trata de créditos para la inversión, becas estudiantiles, sino de ayuda para la vida diaria de las personas, lo cual es una muestra de nuestra realidad mundial, es decir, no es algo nuevo, es lo mismo que sucedió en Europa después del final de la segunda guerra mundial.
Hay que recordar que, después de la segunda guerra mundial, en donde murieron más de 50 millones de personas, las ciudades y poblaciones se encontraban despedazadas, no había forma de recuperar la economía de forma inmediata, por ello es que, se tuvo que echar mano de ayuda a la población sobreviviente, para que pudiera reconstruir su vida, sus casas, sus bienes más elementales, el riesgo de los Estados de no hacerlo era muy claro, una guerra civil sin fin, por ello es que se fue conformando en la ideología oficial el denominado “Estado Social de Derecho”, o también llamado “Estado prestatario”, que consistió en brindar derechos nombrados como derechos sociales, así contamos con los derechos a la salud, a la educación, a la vivienda, a la alimentación, al empleo, etc., no se trataba de un Estado socialista, ya que este consiste en monopolizar la economía, sino dentro del Estado capitalista lo que ocupa es brindar derechos a la población para más o menos mantener una paz social.
Este fenómeno de las prestaciones sociales, sin que el Estado monopolice la producción y la economía, es una segunda fase del capitalismo, a lo que se ha denominado como: “capitalismo de la vigilancia” o“capitalismo financiero”, y que consiste en que el viejo sistema capitalista requiere de otro tipo de necesidades, que el capitalismo de los siglos XVIII y XIX, en donde se requería de mano de obra, de empleados, de trabajadores, por ello es que, se conformaron las urbes, en donde se concentraban las grandes masas de la población, en fabricas, talleres, centros de trabajo, lo que se requería era de trabajadores, se tenía que fomentar el empleo, eran las generaciones de los productores.
Pero, ese viejo capitalismo, sin freno alguno, modificó las cosas, sucedió que se fueron conformando, sin freno alguno, las grandes corporaciones, los grandes monopolios, las empresas que abarcan el mercado de una gran gama de productos, estos fuerontecnificándose, se fueron eficientando en su producción, abaratando los costos, sustituyendo la mano humana por las maquinas, por ende, las grandes crisis económicas en el mundo, han sucedido por el exceso de producción y el poco consumo, es decir, hay más mercancías que compradores.
Así, a los Estados lo que se les exige, no es políticas públicas para fomentar las fuentes de empleo, para capacitar a su población para trabajar, para estar prestos a los empleos, sino que el objetivo es inverso, ahora lo que se requiere es que los Estados conviertan a su población en consumidores, mujeres y hombres que dediquen su vida, no a trabajar, ni a buscar un empleo, sino a consumir, en resumen: “Consumo, luego existo”.
El problema es que no hay capacidad en la población para ello, es decir, no se puede contar con masas que puedan consumir los productos que producen en millones los monopolios y los oligopolios mundiales, por ende, hay que cargar esa labor al propio Estado, este debe de ayudar no a generar empleados, sino consumidores, personas que estén dispuestas a adquirir productos, aun sin requerirlos, mercancías sumamente desechables, ropa que pasa de moda en un instante, más grados académicos, más medicina, más viajes, es decir la conformación de algo que no existía hace cien años, los turistas, más derechos humanos que se convirtieron en “deseos humanos”, etc., sin embargo, esos excesos, no los van a cubrir, ni absorber las grandes corporaciones mundiales, sino los propios Estados, pues no hay capacidad para que esos altos niveles de consumo se puedan mantener por la sociedad, se requiere que sean auxiliados por los Estados y la forma de auxiliarlos es con las pensiones, pagos que se hacen a los gobernados, sin condicionante alguna, el único requisito es gastarlo, montos que resultan insuficientes para invertir en instalar o remodelar talleres, fábricas, maquinaria, se insiste esto no se requiere, porque los grandes monopolios no desean competencia, es más les incomoda, por ello es que, en la cultural del mundo occidental se aspira a introducir una misma cultura general, para que la población cuente con las mismas necesidades y gustos de vestimenta, de anhelos, de intereses de consumo, de viajes, esa es la labor de los Estados, esa es la otra mirada de las pensiones gubernamentales a la población. (Web: parmenasradio.org)