Metallica y el purismo musical
El más reciente lanzamiento de Metallica ha provocado mucho ruido especialmente entre los puritas del genero de heavy metal, quienes consideraron indigno la inclusión de artistas provenientes del pop, rap y principalmente del reggaetón y trap. Esto nos trae a una interesante discusión sobre el separatismo de los géneros musicales y la segmentación social a la que se han aunado.
Ya antes del heavy metal, en el nacimiento de la música pop, a principios del siglo XX se comenzaron a marcar las diferencias no solo en la composición y técnica de la música sino en los lugares y los grupos sociales que se dedicaban a la producción y consumo de cada uno; el blues por ejemplo estaba relegado casi exclusivamente a gente de color mientras el rock siempre mantuvo una clara connotación caucásica.
Estos estigmas llevaron a la pelea entre géneros musicales más grande y escandalosa de la historia, protagonizada precisamente por el rock and roll, especialmente, el heavy metal y la música disco, ambos prominentes géneros populares a finales de la década de los 70, sin embargo, en la opinión publica estaban divididos; por un lado el rock representaba todo aquello rebelde en la manera tradicional, el empoderamiento del hombre blanco y austero y los valores de la contracultura a favor de la hegemonía, claramente con un dejo de hetero-normatividad, aunque el discurso oficial sea de rebeldía pura el caso es claro.
Por otro lado, la música disco estaba enfocada en la libertad y el hedonismo y se abría a grupos afroamericanos, latinos y europeos considerados particularmente étnicos como los italianos, además era estéticamente extravagante y acogía en sus centros a la naciente comunidad “gay” y a las pioneras Drag Queens quienes en las discotecas encontraban un oasis de tolerancia y diversión, contrario al discurso más popularizado, la verdadera contracultura se encontraba en la disco y no en los escenarios de rock.
El 12 de julio de 1979 se llevó a cabo la “Disco Demolition Night”, donde un grupo grande de personas se reunió en Chicago para quemar LPs de música disco y protestar en contra del genero deviniendo en enfrentamientos con la policía, este evento fue impulsado por DJ y locutores de música de hard rock quienes lideraban el movimiento anti disco.
Finalmente el rock lideró la siguiente década y al mismo tiempo el conservadurismo político que reinaba a manos de Reagan comulgaba muy bien con la hegemonía blanca y mayoritariamente masculina del rock, así los grupos anteriormente amparados bajo la música disco se dedicaron a hacer contracultura en otros géneros nacientes y reinantes en el mercado como el rap, el pop y el house.
Ahora cuando uno de los últimos iconos vivos del heavy metal sucumbe ante esos mismos grupos y los géneros que florecieron solo a partir de la explosión del disco regresa el fantasma del purismo musical que toma como bandera el halo de genialidad y autentica disrupción cultural, algo bastante irónico considerando que este género ha sido históricamente uno de los más elitistas y separatistas, olvidando que su música es tan válida y vendible como cualquier otro, pero lo verdaderamente doloroso para los puristas del género es su evidente decadencia y el fin de su hegemonía.