No Somos Nada…
No averiguo cómo andamos con relación a otras naciones, pero resulta inaudito que en nuestro México, mal reposen 52 mil cuerpos en anfiteatros y fosas comunes -los más afortunados- porque también se han reportado casos en donde las autoridades “sanitarias” los mantienen apilados aguardando a que alguien los reclamé.
La pregunta es ¿porqué los mantienen abandonados?
Y las interrogantes se acumulan, acaso ¿se trataba de huérfanos?
O de personajes abominables que sus familiares no pueden reclamar .
Y también extranjeros de paso en busca de la ruta para el anhelado sueño americano.
Hay muchos cuestionamientos sobre estos 52 mil cadáveres y su abandono.
Se trata de 52 mil historias que habría que escudriñar.
Lo urgente es darles la debida sepultura para no generar problemas ni ecológicos, ni sanitarios, ni multiplicar la problemática con su indebida presencia.
Por ellos hay que reconocer el trabajo legislativo que se apresuró para crear el Centro Nacional de Identificación Humana que surge para poner orden y seguir las pistas de las familias que merecen tener a sus muertos para despedirlos de acuerdo a sus costumbres, tradiciones y posibilidades.
El tema trajo a colación datos para la reflexión. Del 2018 a este 2022, se tiene el registro de 30 mil desaparecidos sobre los que hay expedientes abiertos que tendrán que ser materia de un buen trabajo para entrar a la ruta de la entrega de los cuerpos inertes y en descomposición a las familias.
La pandemia COVID vino a recrudecer este problema que agotó espacios en cementerios, saturó hornos crematorios y planteo la necesidad urgente de atender el reto que representa morirse hoy sobre todo contagiado de COVID y sin haber adquirido un lugar en un panteón, en un templo. En un parque funerario.
No somos nada, pero tampoco aspiramos a un final tan infeliz