El Centenario, ese viejo coliseo donde se respira la “esencia” del fútbol

19 noviembre, 2021 12:00 pm

Con su porte de viejo coliseo, pero maquillado para recibir las finales de la Sudamericana y Libertadores, el estadio Centenario de Montevideo resiste comparaciones con ostentosas arenas y demuestra que aún se mantiene un sitial de privilegio para campos donde se respira la “esencia” del fútbol.

Monumento histórico del fútbol mundial, según FIFA, y escenario del primer Mundial en 1930, este gigante de concreto gris de 91 años se ampara en su mística para albergar el sábado el duelo Athletico Paranaense- Red Bull Bragantino y siete días después el choque Flamengo-Palmeiras, apasionantes finales únicas brasileñas de la Sudamericana y Libertadores, que por primera vez se juegan en una misma ciudad.

“En este fútbol de hoy, millonario, moderno, de tanta superficialidad, de arenas de millones de dolares, lujos desorbitantes para el fútbol, ir al Centenario y encontrar que está de pie después de 90 años, encierra una mística, una energía que te lleva a la esencia del fútbol”, dijo a la AFP Diego Lugano, excapitán de la selección uruguaya.

En su campo se siente “la pasión, la ilusión, el orgullo y la honra”, sin dudas, “es diferente. Uno que ha pisado los estadios del mundo, modernos y actuales, (sabe) que vas al Centenario y respiras fútbol”, resumió el exjugador de Nacional de Montevideo y Sao Paulo, entre otros.

La Celeste levantó allí el título mundial en 1930, Copas América y los dos clubes más populares de Uruguay, Nacional y Peñarol, se llenaron de gloria. Pero el Centenario también disfrutó de la magia del Real Madrid en la época del argentino Di Stefano, el Santos de Pelé, del fallecido Diego Maradona y más recientemente del otro gran ídolo argentino, Lionel Messi, entre otras leyendas del fútbol.

“Con su carga simbólica que va mas allá de una referencia arquitectónica, ha sido el eje de múltiples relatos. Para los uruguayos el fútbol es el espacio de construcción de mitos, historias fabuladas con personajes con dimensión de héroes que expresan conflictos cósmicos y dan pie a una filosofía popular”, comentó a la AFP el historiador y politólogo uruguayo, Gerardo Caetano.

Para cualquier niño uruguayo jugar en el Centenario es un sueño a cumplir. Cristian Rodríguez, de 40 años,  un exjugador que se quedó en las puertas de la gloria pero en su etapa juvenil tuvo la suerte de jugar un partido en el estadio, rememora la tarde en que pisó su césped sagrado: “es una sensación que vas a tener de por vida”.

Y es que poco importa si gambeteaste, atajaste o simplemente seguiste bandera en mano desde sus tribunas un juego, el Centenario infunde respeto y ese sentimiento parece traspasar fronteras.

“Ni en los mejores sueños me imaginé que jugaría una final de un campeonato sudamericano en un estadio de esos, el nombre habla por sí solo. Pero para eso es que los atletas trabajamos a diario”, confesó a la AFP, Nikão, mediocampista del Athletico Paranaense.

El Centenario fue escenario de 20 finales de Libertadores y el estadio que más partidos de este torneo albergó con 412 duelos. También fue la cancha que recibió la primer Copa Intercontinental en 1960 enfrentando a los campeones de Europa, Real Madrid, y América, Peñarol.

– La brújula de los uruguayos –

América, Olímpica y Colombes y Amsterdam, en referencia a la conquista de la Celeste de sus dos medallas de oro en Juegos Olímpicos en 1924 y 1928, las cuatro tribunas del Centenario sirven para ubicar puntos cardinales a los montevideanos y para medir la concurrencia en espectáculos masivos.

Una Amsterdam es sinónimo de éxito, un estadio completo para recontar asistentes a un evento son palabras mayores, en un país de 3,4 millones marcado por su arraigada laicidad y por venerar al fútbol.

El coloso de cemento “es una referencia que está en el habla popular, una visita obligada para extranjeros, más allá de ser monumento histórico de la FIFA porque es un lugar mítico donde radican muchos recuerdos, grandes triunfos y derrotas en ese “templo laico”, como lo formularon desde su inauguración, resaltó Caetano.

También las leyendas corren por cuenta de los hinchas en sus tribunas, cada una de ellas marcadas por un ‘prototipo’ de visitante.

La intensidad inigualable de los fanáticos en la Amsterdam y Colombes, el señorío de las visitas ilustres, las bancadas de prensa y el público capaz de pagar la entrada más cara en la América y el encanto familiar de una tribuna Olímpica que alberga la singular ‘Torre de los homenajes’.

– Renovado-

El sábado la final de la Sudamericana congregará a unas 15.000 personas, según previsiones oficiales, y la gran fiesta se vivirá el 27 con la final de Libertadores entre Flamengo y Palmeiras. La Conmebol celebró que se permitiera 100% de aforo, tras dos años de restricciones por la pandemia de covid, y se espera una gran concurrencia en este estadio que alberga unas 60.000 personas.

Toda la emoción en un estadio remodelado con fondos de Conmebol.

Campo de juego nuevo e iluminación actualizada, arreglos estéticos en palcos, baños y camerino visitante y pintura de las tribunas en tonalidades azules, forman parte de la puesta a punto del estadio que en los últimos años con la construcción del Campeón del Siglo, casa de Peñarol, y la remodelación del Gran Parque Central, escenario de Nacional, perdió rodaje.

Entonces los cambios fueron bienvenidos, en parte porque no tocaron la matriz de un campo que con rasguños sobrevive al paso del tiempo.





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