Opinión

Dato históricos para no olvidar: Charles Perrault

31 agosto, 2022 12:52 pm
Gabriela Hernández Huerta

“Con diamantes y dinero mucho se obtiene en verdad,

pero con dulces palabras aún se obtiene mucho más”.

Charles Perrault

“Había una vez un gentil hombre que se casó en segundas nupcias con una mujer, la más altanera y orgullosa que jamás se haya visto. Tenía dos hijas por el estilo y que se le parecían en todo. El marido, por su lado, tenía una hija, pero de una dulzura y bondad sin par; lo había heredado de su madre que era la mejor persona del mundo…” “La pobre muchacha aguantaba todo con paciencia, y no se atrevía a quejarse ante su padre, le daba miedo que le reprendiera pues su mujer lo dominaba por completo…”. Fragmento de Cenicienta.

Pocas historias han trascendido en el tiempo como la de Cenicienta, la joven que servía a su madrastra y dos hermanastras anhelando casarse con un príncipe. Esta historia reflejaba el concepto más antiguo del mundo: la lucha del bien contra el mal, tema que ya estaba presente en una de las primeras versiones de la narración procedente del Antiguo Egipto.

Charles Perrault es un autor que forma parte de nuestra infancia, y en general, de la narrativa universal.

Cuentos tan populares como El gato con botas, Caperucita Roja, La Bella Durmiente o Cenicienta, eran en origen mucho más oscuros de como los conocemos en la actualidad. Charles Perrault los adaptó y dejó por escrito la forma en que los conocemos actualmente.

Como estos, muchos otros cuentos famosos circulaban de forma oral durante la Edad Media, con versiones que diferían entre sí y que a veces eran muy macabras. Mucho antes que los hermanos Grimm realizaran su gran recopilación en el siglo XIX, el francés Charles Perrault hizo una primera compilación bajo el título de Cuentos de Mamá Ganso.

Charles Perrault nació un 12 de enero de 1628 en París, Francia, en el seno de una familia burguesa cuyo padre de familia era abogado en el Parlamento, lo cual le permitió gozar de una vida privilegiada. Desde muy pequeño, Perrault demostró una gran habilidad para los estudios, siendo esta su principal prioridad durante gran parte de su vida.

En 1651 se graduó del Colegio de Abogados y tres años después se convirtió en funcionario del sistema gubernamental. Entre sus primeras aportaciones, el autor participó en la creación de la Academia de las Ciencias y la Academia de las Artes. Sin embargo, y a pesar de su posición en el seno político y su relación con el arte, Perrault nunca fue en contra del sistema ni tampoco dio señas de la fantasía que evocarían sus cuentos años después. Su vida se limitaba a cumplir su trabajo y honrar al rey Luis XIV en forma de poemas y diálogos, lo cual le valió la admiración de las altas esferas y el cargo de secretario de la Academia Francesa en 1663 bajo la batuta de su mayor protector, Colbert, consejero de Luis XIV. En 1665, se convertiría en uno de los funcionarios reales. En 1671 fue nombrado canciller de la Academia y se casó con Marie Guichon, con quien tuvo a su primera hija en 1673. Ese mismo año fue nombrado bibliotecario de la Academia. Tuvo tres hijos más, perdiendo a su mujer tras el parto del último, en 1678.

Dos años después, Perrault debió ceder su puesto al hijo de Colbert, momento que marcaría su transición hacia una faceta de escritor infantil cuyo principal título fue Cuentos de Antaño (Histoires ou contes du temps passé, avec des moralités), más conocido como Cuentos de mamá ganso, tal como lo mencioné en líneas anteriores. A pesar de escribir todos estos cuentos en 1683, estos no serían publicados hasta 1697. En este libro, los ogros, hadas, gatos con botas y princesas, comenzaron a dibujarse en su cabeza inspirados por las historias que circulaban entre la clase alta como herencia de una oratoria procedente de otros países europeos y algunos más exóticos. El volumen estaba formado por ocho cuentos: La bella durmiente, Caperucita roja, Barba azul, El gato con botas, Las Hadas, Cenicienta, Riquete el del copete y Pulgarcito.

Durante sus últimos años de vida, Perrault se dedicó a escribir odas a la monarquía, al rey de Suecia, al de España y, en especial, a Luis XIV. A él dedicó el poema El siglo de Luis el Grande, el cual causó gran conmoción tras su publicación en 1687. A pesar de que parte de su obra literaria hablaban de reyes, de la Corte y la situación política, los cuentos infantiles de Perrault englobaban una moralidad que el autor consideró necesaria en unos tiempos tan convulsos que vivía Francia en esa época.

Perrault murió el 16 de mayo de 1703 en su casa de la calle de l’Estrapade en la Montaña Santa Genoveva (París) y es inhumado al día siguiente en la iglesia de San Benito Betourné en presencia de su hijo Charles Perrault.





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