De Bolivia para Puebla, Moisés Abraham Baptista
Irma Sánchez
El Poblanishment
Ayer en Puebla murió uno de los más grandes de la medicina oncológica reconocido internacionalmente, el doctor Moises Abraham Baptista.
De cuna Boliviana vivió, estudio, se casó, investigo, trabajo y dejó un legado para la posteridad en Puebla.
Maestro de generaciones de médicos que se formaron en las aulas de la escuela de Medicina de la UAP, lo recuerdan con orgullo; honrados de haberlo tenido como maestro.
Moises Abrham Baptista, discreto, callado, observador.
Catedrático, consejero universitario, llegó a la dirección del Hospital Universitario en el rectorado de otro grande, el ingeniero Luis Rivera Terrazas.
Su vocación y compromiso con la oncología fueron parte de su vida. No dejó un solo día de estudiar y profundizar en sus investigaciones, hasta heredar su vocación a su hijo, el hoy también médico oncólogo Saúl Abraham Mendoza, con trayectoria ya propia.
Su satisfacción: haber creado la unidad de oncología en el Hospital Universitario, adonde han sido atendidos pacientes de todos los estratos.
Su sensibilidad fue su principal carta para atender a los enfermos de cáncer y a sus familiares, que representan la pieza clave en el tratamiento oncológico.
Moisés y El Che
Cuando llegó a Puebla, al término de la década de los sesenta, Moisés Abraham Baptista era un personaje buscado por periodistas, historiadores, activistas, que buscaban dialogar con él sobre el hecho histórico de haber extendido el acta de defunción del líder argentino Ernesto el Che Guevara, el 9 de octubre de 1967, en el pueblo boliviano de La Higuera, en donde comenzaba su desenvolvimiento médico.
Este capítulo de su historia está consignado en varios libros.
El hecho en sí marcó su intensa vida profesional, de la que gustaba relajarse acudiendo a su rancho de Cuetzalan, en donde cultivaba blueberry.
Su copiloto en la vida, la científica poblana Lourdez Mendoza, también catedrática universitaria, investigadora, mujer comprometida con quien procreó a su único hijo Saúl.
Para Lule y Saul un abrazo y nuestro más sentido pésame.
Foto interior: Leticia Montagner, tomada de Sputnik