Judíos en Puebla

Pese a que no tenemos judíos viviendo en Puebla por ahora, tenemos que reconocer que capitales de ese origen están involucrados en nuestra capital generando riqueza a través de inversiones en el sector comercial.

Se trata de las nuevas tiendas de ropa que paulatinamente los últimos años han venido reemplazando a los negocios que, con capital poblano resultaban emblemáticas en las primeras calles del centro histórico.

El traspaso de locales y de inmuebles completos a esas tiendas de inversionistas judíos, para los inmobiliarios poblanos ha resultado un buen negocio, con el pago millonario de la famosa figura del “pago de guantes” no contemplado en ley o reglamento 

El negocio para los inversionistas judíos comienzan con la operación de maquiladoras en las que se trabaja con patrones diseñados para la anatomía mexicana.

Posteriormente listas las prendas, las colocan en el mercado a precios accesibles de acuerdo al actual poder de compra de la población.

El mercado lo hacen a través de su cadena de tiendas ya muy bien posicionadas.

Su éxito radica en el gusto, preferencia y necesidades del consumidor joven que por hoy mueve el mercado de la ropa.

Estas tiendas después de su exitosa presencia en el centro, han comenzado a extenderse a los centros comerciales de mercado medio hacia abajo, en el que hacen furor y representa estatus de progreso y moda.

De tal forma que gracias a empresarios de origen judío, Puebla es escaparate obligado para el ajuar de la población del sureste del país.

Es oportuno recordar que el siglo pasado llegaron a radicar a Puebla personajes de origen judío que hicieron negocios y generaron empleo, las familias Wolfson, los Wurwuitch, Poltolaren, Margolín, que tuvieron presencia en la variada actividad comercial.

Unos volvieron a migrar y otros emprendieron el viaje sin retorno.