La vida después de AMLO
Silvino Vergara
“Nuestra crisis global es, por tanto,
una oportunidad de sanar un sistema
obsoleto, cuyas patologías hasta ahora
habían quedado enmascaradas por la
bonanza económica y
los espejismos de consumó.”
Jordi Pigem
Entre conferencias mañaneras, el nuevo aeropuerto, otra refinería, mega-farmacia, el famoso tren maya, la cancelación del aeropuerto de Texcoco, etc., lo que se nos ha olvidado considerar de esta administración pública federal, es que los mexicanos nos volvimos más consumidores, es decir, dejamos en este sexenio de ser trabajadores, empleados. En resumen, productores, ya sea de bienes o bien, de servicios, para pasar a convertirnos en simples consumidores, esto es, no hemos dejado el capitalismo, lo que sucedió es que, se ha pasado a una segunda etapa de ese capitalismo, como sucede con el mundo occidental, por ende, dejamos el capitalismo productivo, que requiere de fuentes de empleo, fabricas, empresas, etc., para pasar al capitalismo financiero, en donde las grandes masas de la población se convierten en simples consumidores.
Para muestra es lo que ha sucedido con los apoyos gubernamentales a menores de edad, a los adultos mayores, a las madres solteras, etc., es decir, nos hemos olvidado de forjar nuevas generaciones de productores que es lo que se requiere en el capitalismo productivo para producir riqueza, lo que ha sucedido es que, con estos apoyos económicos, a veces dispendios,dejamos ese capitalismo productivo para pasar a esa etapa del capitalismo financiero, totalmente especulativo, en donde son las grandes empresas, sobre todo financieras, las grandes corporaciones, los monopolios, los que absorben todas las ganancias, esto es, los que han incrementado sus ganancias son las grandes empresas transnacionales, ya ni hablar de las empresas del sistema financiero, hay que considerar las grandes cadenas de supermercados, de tiendas de conveniencia, de las empresas de electrodomésticos, desde luego, las cadenas de farmacias, clínicas y hospitales privados, que se han convertido en los grandes ganadores de este sexenio, que han logrado multiplicar sus utilidades, pues se terminó con la empresa mediana y pequeña.
Basta observar que la empresa media, pequeña y que decir, de la micro han ido desapareciendo, primero con las leyes tributarias que nunca se pretendió modificaren esta administración pública federal, por ende, son las mismas que los tiempos del “neoliberalismo”, por su parte, las empresas pequeñas que pudieron sobrevivir de esa crisis fiscal, tuvieron que afrontar otra que es la que corresponde a la pandemia, miles de empresas si es que no cerraron, se hicieron más pequeñas, sobre todo en el campo de los servicios, véase cuantas oficinas de abogados, contadores públicos, consultores de empresas se redujeron a una sala o un comedor de una casa, con el pretexto del home-ofice, que no es otra cosa que reducir los costos por la disminución de ingresos.
Pero, eso no es todo, aun hay empresas que sobrevivieron a la pandemia, al sistema impositivo neoliberal que nunca se modificó, por el contrario se perfeccionó, todavía tuvieron que afrontar las reformas laborales, comandadas por el nuevo tratado de libre comercio de América del Norte, primero, desapareciendo en papel, a las outsourcing y las insourcing, después, ampliando derechos a los trabajadores, así como incrementando el salario mínimo que se volvió una herramienta para cobrar más contribuciones por parte del IMSS e INFONAVIT, en tanto, ¿qué sucedió con la generalidad de la población?, ¿aquella que ha recibido apoyos desde el gobierno?, simplemente, se convirtieron en desempleados y en consumidores, en esa carrera en que las grandes empresas sustituyen la mano del obrero, por la tecnología.
Un mayor de 65 años, resulta que, si antes apuradamente contaba con el dinero suficiente para su medicina, hoy cuenta con un poco más de recursos que le permiten mayor capacidad de consumo, pero consumo de productos del día a día, es decir, no para ahorrar, menos aun para invertir, o planear instalar un pequeño taller, oficina, tienda, restaurante, etc., sino se trata del dinero indispensable para gastarse, consumirse, pues el dinero que llega fácil, fácil se va, así lo reza un refrán, que esos si que es; conocimiento popular.
¿Qué sigue con la vida después de AMLO?, pues visualizar un capitalismo financiero, con un país quebrado por tanto apoyo económico a la población, pero aun más, por el incremento desmedido de la corrupción, por ello es que, toda política pública actual y la del próximo sexenio circula alrededor de encontrar recursos para cumplir con esos dos fines, en tanto, la población de a pie, no es más que un simple consumidor, que el sistema económico requiere, pues necesita a aquel mayor de 65 años que cuando acude por su medicina a una farmacia, resulta que gasta en otros insumos, lo cual lo hace un simple consumidor, los jóvenes que sin justificación o condicionante alguna se le “obsequian” esos recursos económicos, lo que hacencon ellos, salvo honrosas excepciones, es gastarlo convertirlo en parte del consumo en beneficio de las empresas de celulares, electrodomésticos, etc., por lo cual, la vida después de esta administración publica federal, será de mayo recaudación, de mayor dispendio, y desde luego, de mayor corrupción, nos hemos transformado del capitalismo productivo al capitalismo financiero en esta nación. (Web: parmenasradio.org)