Vendedores de cerveza “uriko” de Japón
Redacción Tribuna
Entre los cánticos de los fanáticos en el estadio de béisbol Tokyo Dome de Japón, un ejército de mujeres con uniformes fluorescentes cargan mochilas difíciles de manejar con pistolas rociadoras adjuntas.
Estos son los “uriko“, vendedores de cerveza que son tan exclusivos del béisbol japonés como las secciones de vítores que tocan tambores y bocinas para animar a sus equipos.
Compuesto casi exclusivamente por mujeres jóvenes en minifalda o pantalones cortos, la tradición puede parecer obsoleta para algunos, como las porristas que dan saltos mortales en el campo entre entradas.
Japón ha tenido su propio movimiento discreto #MeToo, y las mujeres en los últimos años han desafiado todo, desde los tacones altos en el trabajo hasta las tradiciones que requieren que sirvan té a sus colegas.
Pero el uriko sigue siendo un firme favorito entre los fanáticos del deporte más popular de Japón, que atrae a una multitud diversa de hombres y mujeres, así como a muchas familias.
Honoka Hagiwara, que carga un barril que pesa hasta 15 kilogramos a la espalda durante más de tres horas seguidas, dijo que se sintió atraída por la imagen “glamurosa” del trabajo.
“Hace poco más de un año que lo hago y ya me he acostumbrado mucho más”, dijo a la AFP el joven de 22 años.
Reconoce que al principio fue “muy duro físicamente”, pero ahora disfruta de un trabajo altamente competitivo, con más de 100 rivales trabajando en cualquier juego.
En el Tokyo Dome, hogar del equipo de béisbol más popular de Japón, los Gigantes de Yomiuri, los vendedores venden un promedio de 20.000 vasos de cerveza en un partido nocturno.
Todos los vendedores del estadio son mujeres, aunque algunos hombres trabajan en otros estadios de Japón.
Solía ser al revés: hasta la década de 1980, la mayoría de los vendedores eran hombres que caminaban por los estadios vendiendo cerveza en mesas planas colgadas del cuello.
Tokyo Dome insiste en que el trabajo todavía está abierto para cualquiera.
“No hay ni habrá ningún obstáculo que se interponga en el camino para que los hombres sean empleados”, dijo una portavoz a la AFP.
Pero “alrededor de 100 veces más” mujeres se postulan que hombres, “por lo que el resultado es que no hay hombres”.
