Asesinos a sueldo desde los 9 años
Irma Sánchez
La realidad rebasa la ficción.
¿Se imagina usted que a los 9 años un menor en México ya es asesino a sueldo, entrenado para matar con tiros de precisión?
A los 9 años en este país, de acuerdo con los programas de educación, el menor debe estar en las aulas día con día cursando el tercer grado de su instrucción básica.
¿Qué está pasando con esos niños?
Con conocimientos muy limitados de matemáticas, su idioma, de su historia, ya dominan el manejo de las armas básicas.
Esto es motivado por las expectativas que los delincuentes profesionales les han planteado para hacerse de dinero y disfrutar de un patrón de vida que solo ven en algunas series, películas y de escuchar leyendas que se repiten de boca en boca.
⭕️ La desaparición de personas de 0 a 17 años de edad no es nueva en México. Desde 1964 al día en que se termina este documento se han registrado 84,160 casos 😠
📌 Conoce más en esta investigación sobre #NiñezDesaparecida y #NiñezBuscadora
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— Derechos Infancia (@derechoinfancia) May 15, 2023
Cabe la pregunta: ¿y los padres de esas criaturas?
Generalmente se trata de niños “solos”; hijos de parejas separadas, parte de una familia desintegrada de la que cada uno se va por su lado a ganar monedas en cruceros, limpiando vidrios, haciendo piruetas. Y en otros casos se van a buscar a la calle la forma de nutrir un vicio, una adicción.
Niños en cuyo seno familiar hay todas las carencias y mucha hambre.
Estos pequeños asesinos a sueldo lo único que ignoran es el riesgo que corren permanentemente, y que su expectativa de vida es corta por el mismo riesgo de sus actos.
Sobre el tema viene trabajando con preocupación la Red por los Derechos de la Infancia, que plantea que en este momento debe monitorearse permanentemente a niños y adolescentes para prevenir su reclutamiento por parte de organizaciones criminales, que supuestamente dan opciones de sustento a sus víctimas.
La Red trabaja en acciones coordinadas con instancias oficiales y con otras organizaciones de la sociedad civil para recuperar a esas infancias truncadas por los problemas sociales de hoy, haciendo valer su derecho a una vida libre de violencia y para sembrar un proyecto de vida diferente, digno y satisfactorio.
De manera que, cuantas veces usted tenga la oportunidad, apoye a esos menores con un trabajo digno y buenos consejos, que los alejen de las redes y garras de la delincuencia organizada, que los tiene en la mira.