Opinión

El Papa Francisco y el derecho

27 abril, 2025 10:06 am
Silvino Vergara

No basta tener leyes justas, es necesario

construir personas responsables y

capaces de ponerlas en práctica.

Una sociedad que se rige solamente por

las reglas del mercado y crear falsas

expectativas y necesidades superfluas,

descarta a los que no están a la altura

impide que los lentos, los débiles o los

menos dotados se abran camino en la vida.

SS Francisco

El legado del Papa Francisco, no fue solamente respecto a su postura en la iglesia, sino que también tuvo que ver con las cuestiones jurídicas tanto de la iglesia, como de lo que sucede en el mundo jurídico de la actualidad, que resulta de suma importancia para la convivencia de las personas en la sociedad, máxime en estos tiempos de crisis de legitimidad de las instituciones de las naciones.

Hay que recordar que fue crítico del sistema económico y jurídico en que vivimos, pues una vez que inició el papado se traslado a la isla de Lampedusa en el mediterráneo italiano, que es una de las entradas de los migrantes africanos a Europa, en donde se han presentado escenarios dramáticos en que se han ahogado cientos de migrantes africanos provenientes de Libia, y que incluso, alguna vez les fue cerrado el puerto de esa isla para que  no tuvieran modo de entrar, en ese tiempo de 2013, el Papa insistió en que el fenómeno de la migración de la pobreza tiene que ver con el sistema jurídico y económico de la actualidad, en donde unos pocos siempre ganan y, millones de personas, la gran mayoría, queda a su suerte.

En Lampedusa en 2013, sostuvo el Papa, de: “Laindiferencia hacia tantos hermanos y hermanas… y que los seres humanos: “se han encerrado en su propio bienestar que lleva a anestesiar el corazón, y es que, en este mundo del consumismo lo que se ha propagado es la indeferencia de las mayorías sobre los másnecesitados y sobre los sucesos que nos rodean, somos indiferentes a la pobreza, las tragedias, las muertes del que está al lado, de los malos gobernantes, de sus mentiras y corrupción, cuando el inicio de la modernidad que se fue forjando con la revolución francesa, uno de sus principios era la solidaridad, esta ha sido olvidada y ha sido sustituida por la indiferencia y este sistema de consumo.

Este consumismo que ha sido la mejor dosis para adormilar a la población, para cegarla de lo que sucede al rededor, en donde, no importa la inseguridad públicaen que vivimos, ni la corrupción cada día más espeluznante de los gobernantes, o bien, las extraordinarias ganancias de las grandes corporacionesaprovechándose de una competencia desleal con las pequeñas empresas, la desaparición de la clase media, la quiebra de millones de medianas y pequeñas empresas, todo ello no es materia de preocupación, porque lo sustituimos por el consumo, y de eso es lo que hizo énfasis el Papa, es más, basta con que recordemos lo que sostuvo el presidente de Estados Unidos de América G. W. Bush, después de los terribles ataques en las torres gemelas el 11 de septiembre de 2001, sugiriendo que la gente regresara a la normalidad y que saliera a consumir.

También el Papa hizo hincapié en el sistema penal con que contamos en el mundo occidental, en donde se imponen penas inhumanas, como es caso de la cadena perpetúa, que no resuelve ningún problema, además,comparte el criterio de los críticos del derecho penal que, si está prohibida la pena de muerte en la generalidad de los sistemas jurídicos de la actualidad, porque es una pena inhumana, entonces, la prisión de más de 30 años, y que decir de la cadena perpetua, se pueden equiparar a la pena de muerte, por ende,también deberían de estar prohibidas esas sanciones tan prolongadas, que sobre todo no resuelven nada y que dejan a la víctima del delito a la deriva.

Además, el Papa sostuvo que no hay concordancia entre el delito que se comete y el castigo o la pena, es decir, no existe una relación entre los años de prisión con la conducta delictiva, y que esto ha dado como consecuencia en el mundo jurídico-penal actual que se aplique la justicia por equivalencias que no la hay, y que terminan en un ojo por ojo y diente por diente, que adicionalmente, no tienen relación alguna, que por ello es que, se está viviendo actualmente en una crisis en el derecho penal, una falta de legitimidad del mismo, pero que esto resulta muy interesante que lo sostuviera el Papa, ya que en este caso en particular toma, o convive con las ideas críticas del derecho penal sudamericano, particularmente de un compatriota del Papa, que es quien fue en su tiempo juez de la Corte Suprema de Argentina y de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos, el profesor Eugenio Raúl Zaffaroni, que ha sostenido desde hace tiempo, una teoría crítica sobre la pena, que le denomina como: la teoría agnóstica de la pena, en donde sostiene este jurista argentino, que la pena no tiene legitimidad alguna, precisamente por esta falta de coherencia y relación entre la pena y el delito, pero que como la humanidad no encuentra otra alternativa al castigo penal, por ello es que sobrevive ese sistema penal, sin embargo, cada día es más deslegitimado.

Así lo sostuvo el profesor argentino, desde el libro: “En busca de las penas perdidas que se editó en 1998, y  que influyó en el Papa que fue critico del sistema penal actual, lo que se comprueba con otro libro, que se escribió en 2018 en Argentina, por diversos estudiosos del derecho penal, en donde se recopiló el pensamiento jurídico del papa, el libro se denominó: “Francisco por una justicia realmente humana, Editorial Ediar, 2018, por lo que, se constata que el legado del Papa llegó también al mundo jurídico. (Web: parmenasradio.org)





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