Opinión

Cuando matar está permitido

5 octubre, 2023 5:52 pm
Silvino Vergara

“Vamos a ver cómo es El Reino del Revés

me dijeron que en el Reino del Revés

nadie baila con los pies

que un ladrón es vigilante y otro es juez

y que dos y dos son tres.”

“El reino del revés”

Marial Elena Walsh (1930-2011)

En este mes de septiembre de 2023, la Suprema Corte de Justicia de la Nación en México, ha sentenciado, con la inercia de los tiempos actuales en América latina, que se despenalice el aborto a nivel federal, sustentándose en: “el derecho a decir”, por parte de las mujeres. Por ende, la Primera Sala de la Corte mexicana, está ordenando que el Congreso de la Unión reforme el código penal federal para que dicho delito se derogue en este periodo de sesiones. Es decir, deberá el Poder Legislativo legislar sobre el particular a más tardar en el mes de diciembre de 2023, ante ello, no habrá más a nivel federal el delito del aborto, pero si seguirá vigente en los códigos de los estados, en donde aun se encuentra vigente, como es el caso de Puebla. Sin embargo, todo da a entender que será por un tiempo ya muy corto, pues es inminente que tarde o temprano se dicte una sentencia similar ordenando al Congreso de Puebla para suprimir ese delito.

Paradójicamente, en junio de 2022 en Estados Unidos de América, la Corte Suprema, determinó que el aborto no está permitido y que, no se trata de un “derecho a decir” de las mujeres, ya que este aparente derecho no está previsto en su Constitución. Así, sostuvo en esa decisión esa Corte de nuestro país vecino que, corresponde a cada entidad federativa establecer la legislación necesaria para la prohibición respectiva de las diversas modalidades en que se puede presentar el aborto.

Desde luego que, lejos de consideraciones teológicas, filosóficas, científicas, con estas dos noticias para el ciudadano de a pie, se presenta una grave confusión, pues siempre se ha sostenido que los derechos humanos son “universales”, es decir, que son para todos y en cualquier lugar del planeta. Pero, ahora resulta que, en tanto aquí en México se despenaliza el aborto por el “derecho a decidir”, en Estados Unidos de América sucede lo contrario, por aquí se habla del “derecho a decidir” de la mujer y por allí, se sostiene que no existe ese derecho. Desde luego que, lo primero que se provoca es confusión, y la pregunta es entonces; ¿Qué pasa con la decisiones de los tribunales, particularmente, de las cortes supremas de las naciones?, ¿Puede haber tanta contradicción en las sentencias?

Y es que, entonces, el problema principal es: ¿Quién dice lo que dice la Constitución?, desde luego que, con estas dos decisiones está muy claro que: “quien dice lo que dice la Constitución”, no es el propio texto constitucional, sino los tribunales que resultan competentes para delimitar la interpretación de la misma, por lo cual, son las Cortes Supremas las que determinan que es lo que dice la Constitución.

De ser así, entonces, ¿En que se sustentan los jueces, ministros que conforman las Cortes para delimitar lo que dice la Constitución?, hace algunos años, en Estados Unidos de América, se encontraba un autor de filosofía del derecho muy connotado, Ronald Dworkin, que escribió un libro denominado: “Los derechos en serio”, en ese trabajo sostuvo que era necesario precisamente tomarlos en serio, y la forma de tomarlos en serio es que los jueces tengan la capacidad de resolver en el mismo sentido, es decir, no tomar decisiones diversas y desde luego, contradictorias, solamente de esa forma se toman “los derechos en serio”.

Lo que ha sucedido últimamente, es que existen tantas controversias en el mundo con tantos matices, que provoca que las decisiones sean contradictorias, ya no entre Cortes de diversos países, sino hasta en los casos mas sencillos, en los casos en donde se trata de cuestiones meramente locales, y que dos jueces de la misma localidad con el mismo tipo de casos uno resuelve de una forma y otro de una forma contradictoria.

Ese es el verdadero problema del derecho, que en los últimos tiempos, particularmente después de la segunda guerra mundial, se dejó a los tribunales una gran carga de funciones, como la que nos ocupa actualmente. Se le ha dejado, la ultima palabra en decisiones que pudieran ser erróneas y desde luego, contradictorias a los propios derechos de las personas.

Ahora con estas situaciones, ya está saliendo en las noticias que ciudadanos norteamericanos acuden a la ciudad de México a practicar los abortos, porque en Estados Unidos de América en algunas entidades ya esta sumamente penado. Esta serie de fenómenos que tenemos es lo que demuestra que algo se tiene que hacer con los sistemas de gobierno que tenemos actualmente, está demostrado que no puede dejarse en manos de unos cuantos, como es el caso de la despenalización del aborto en México, en donde en la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con tres ministros votaran a favor de la despenalización, es decir, tres personas están decidiendo sobre la suerte de millones de personas, sobre todo la suerte de los más débiles que son los productos, los que aun no salen del vientre materno, pero que científicamente comprobado, es que ya se trata de un ser humano distinto a la mujer.

Siempre que hay discusiones sobre el aborto, versa sobre cuestiones primero teológicas, luego morales, pasando a razones científicas, pero lo cierto es que, no nos hemos puesto a considerar que estas decisiones pueden ser incorrectas, existe un error judicial garrafal, y por lo tanto, dejar que tres personas o un grupo mínimo de personas decidan sobre el futuro de millones, en un sistema de gobierno que se asume que es democrático, significa que algo está fallando.

Pero sobre esto, muy poco se ha dicho, y esta provocando estas contradicciones absurdas, en donde pareciera que, más que una decisión jurídica respecto a la vigencia de un derecho, estamos ante la presencia de que los tribunales del más alto cargo, sus resoluciones no están sustentadas en la ciencia jurídica, sino en razones políticas, en donde prevalecen las voluntades del grupo de poder más que en sustentos jurídicos, como debería de ser, es decir estamos ante sentencias por “razones políticas” y dejamos a un lado, sentencias “por razones jurídicas”. Por lo pronto con esta decisión de la Corte, en México: “Está permitido matar”. (Web: parmenasradio.org)





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