Opinión

Datos históricos para no olvidar: La Leyenda de la Llorona

1 noviembre, 2022 7:33 pm
GABRIELA HERNÁNDEZ HUERTA

Cuenta la leyenda que, a mediados del siglo XVI, durante las noches de luna llena, los vecinos de la Ciudad de México se despertaban sobresaltados al escuchar los fuertes lamentos de una mujer, la cual gritaba: ¡Ay mis hijos!

La figura iba vestida de blanco y un velo cubría su rostro, mientras recorría las calles de la ciudad dirigiéndose hasta las orillas de un río, donde se desvanecía. Dicen que la mujer, tras el abandono de su marido, decidió ahogar a sus hijos en el río. Desde entonces, lamenta lo sucedido arrepentida y vaga por las calles de la ciudad. Hay quien afirma que hasta nuestros tiempos se puede oír su triste lamento.

De la anterior narración, de la cual destacan elementos fantásticos y sobrenaturales, su origen sigue siendo objeto de estudio e interés. Y nos preguntamos, ¿Dónde surge esta leyenda?, ¿Cuáles son sus diferentes versiones?, ¿Qué interpretaciones se pueden extraer de ella?

No existe mexicano que no haya escuchado al menos una versión de la Llorona. La leyenda de la Llorona es una narración que todos los mexicanos conocemos y de la cual existen múltiples versiones, sin embargo, todas ellas coinciden en tener como protagonista a una mujer.

La leyenda de la Llorona gira en torno al espectro de una mujer que vaga por distintos lugares, cerca de ríos, lagos, pueblos y ciudades, lamentándose por el crimen que ha cometido: asesinar a sus hijos.

Este espectro forma parte de la identidad cultural de Hispanoamérica. La leyenda de la Llorona ha logrado traspasar la barrera del tiempo y el espacio, surgiendo de ella diferentes versiones según el lugar geográfico.

Y es que en cada país existen incluso distintas versiones. Por ejemplo, en México se ha visto una evolución de la leyenda desde el Virreinato.

La leyenda de la Llorona es muy antigua y tiene orígenes prehispánicos mexicas y mayas, en la forma de diversos personajes con características similares, presentes en las cosmogonías y creencias ancestrales de los pueblos autóctonos de América, transmitidos oralmente de generación en generación, hallándose relatos comunes, pero con diversas imágenes, emblemas y símbolos, lo que le da a la leyenda una rica diversidad cultural.

Durante la época Colonial, las generalidades de la leyenda tomaron forma, y, a través del tiempo, la leyenda de la Llorona se ha convertido en parte del imaginario colectivo de Hispanoamérica, trascendiendo fronteras y volviéndose parte de la identidad cultural y del folclor de muchos países.

Actualmente, esta leyenda continúa siendo muy popular desde su origen en México, hasta Argentina, así como en los estados del sur de los Estados Unidos con mayor población de habla hispana, tal como Arizona, Texas y Nuevo México.

En el caso de nuestro país, el personaje de la Llorona es signo de identidad nacional y Patrimonio Cultural Intangible de la Ciudad de México.

No solo en la distancia, también en el tiempo la figura de la Llorona se ha ido adaptando en cada época. Hay relatos prehispánicos que la vinculan a dioses aztecas y otros que, a posteriori, se han relacionado con uno de los augurios que predicen la conquista de México.

Su historia se remonta a las crónicas de Bernal Díaz del Castillo, un español que fue parte importante de la conquista del imperio mexica y quien cuenta que una mujer indígena era amante de un caballero proveniente de España y, cuando ella le pidió formalizar la relación, él se negó porque pertenecía a la alta sociedad y la abandonó.

A causa de eso, la mujer perdió la razón y una noche llevó a sus hijos, un niño y una niña, a la orilla de un río y con un puñal terminó con sus vidas. Desafortunadamente, cuando se dio cuenta del crimen que había cometido ya era muy tarde, y lo único que pudo hacer fue gritar el famoso “¡Ay mis hijos!”. Unos dicen que simplemente desapareció y nunca se volvió a saber más de ella, pero otras teorías afirman que también se hundió en el río y murió.

La leyenda cuenta que había tanto dolor y tanta rabia en su alma, que su espíritu regresó después de la muerte, pero cuando despertó sus hijos no la esperaban, así que la Llorona quedó condenada a vagar por los ríos y calles buscándolos por toda la eternidad.

Quienes juran haberla escuchado y visto, dicen que deambula en las calles y los parques de la Ciudad de México, así como también en los canales de Xochimilco.

Hasta el día de hoy, la leyenda de la Llorona sigue siendo un mito, pero sin duda es de esas historias que seguirán perdurando por siempre.

Como dato interesante, la idea de llevarla a la pantalla se ha cristalizado en varias versiones cinematográficas, y dentro de ellas tenemos a La Llorona del año 1933, misma que fue la primera película de terror del cine mexicano.





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