Opinión

El chile nos une

23 mayo, 2024 1:30 pm
Leonardo Torixa Cervantes

En medio de unas campañas políticas plagadas de descalificaciones, montajes y guerra sucia de un bando y otro, esta semana llegó una noticia que sin duda nos trajo una bocanada de aire fresco, pero sobre todo nos recordó que todos somos poblanos.

Luego de un intenso trabajo de la Secretaría Estatal de Gobernación en coordinación con el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), el Gobierno de Puebla que encabeza Sergio Salomón Céspedes Peregrina, logró que la elaboración del Chile en Nogada poblano fuera declarada como Patrimonio Cultural Intangible del Estado en el Periódico Oficial.

Este nombramiento se debe entender no solo como un logro culinario o turístico, sino como un reconocimiento para un platillo cien por ciento poblano que nos une con nuestras familias, pero sobre todo nos recuerda que más allá de cualquier diferencia ideológica, religiosa, social, deportiva o de género, todos nacimos y vivimos en una entidad llamada Puebla.

Quienes me conocen, saben que, como periodista, siempre he dicho que las noticias, ya sean buenas o malas, como popularmente se califican, nos deben permitir reflexionar en torno al momento que estamos pasando, tomar siempre los aspectos positivos y desechar aquellos que no aportan o afectan a nuestra sociedad.

No olvidemos que históricamente el Chile en Nogada también tiene un significado relevante, su presentación en sociedad sucedió en un momento, donde como hoy, la sociedad mexicana estaba dividida.

Cuentan los especialistas que en el mes de agosto de 1821, cuando los Insurgentes se dirigían a Córdoba, Veracruz, para firmar el acta de Independencia, el obispo de Puebla, Antonio Joaquín Pérez Martínez se enteró que Agustín de Iturbide, atravesaría la ciudad en su camino y que además pasaría en su santo (28 de agosto); por ello decidió recibirlo con un gran banquete, el cual según algunas fuentes estuvo compuesto por 14 tiempos entre los que se incluyeron los platillos más finos de la gastronomía poblana, elaborados por las religiosas recoletas de los conventos de la ciudad; cuando Iturbide degustó el delicioso platillo barroco, quedó sorprendido por los exquisitos sabores que contenía y siguió su camino para que en septiembre de 1821 se consumara la independencia.

Tras redactar este pasaje, confío que, al culminar el actual proceso electoral, los diferentes actores políticos no olviden que todos somos poblanos y espero que el próximo agosto o septiembre, sin resentimientos, todos nos sentemos a degustar un buen Chile en Nogada.





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