Jon Rahm le brinda el Grand Slam inalcanzable a su ídolo Ballesteros

20 junio, 2021 8:49 pm


Aunque fue número uno del golf mundial con 25 años, el español Jon Rahm siempre tuvo como gran reto dedicarle un Grand Slam a Severiano Ballesteros y lo acabó logrando en el Abierto de Estados Unidos, un torneo maldito para su país.

Su victoria del domingo en Torrey Pines (San Diego, California), con dos memorables birdies finales con los que adelantó al sudafricano Louis Oosthuizen, le otorgó su ansiado primer ‘Major’ tras 20 intentos y el regreso al número uno mundial.

Tras abrazar a su esposa Kelley y su hijo Kepa, nacido en abril, Rahm no tardó un minuto en homenajear al jugador que, con su talento y su carisma, le empujó hacia el golf.

“Esto es definitivamente para Seve, sé que lo intentó mucho”, dijo Rahm sobre Ballesteros, ganador de cinco ‘Majors’ (Masters de Augusta de 1980 y 1983 y Abierto Británico de 1979, 1984 y 1988) pero nunca del Abierto estadounidense.

“Normalmente pensamos en él en el Masters, pero sé que lo que más quería era ganar este”, afirmó.

Rahm nació en 1994 en Barrika (País Vasco), un pueblo de acantilados y playas salvajes que atraen a surfistas de todo el mundo y que se encuentra a solo cien kilómetros de Pedreña (Cantabria), la cuna de Ballesteros.

“No puedo hablar de mi vida, de mi carrera, de mi país, sin referirme a Seve”, reconoció Rahm en 2020 en su “Carta para España”, una revisión vital en medio de la pandemia de coronavirus publicada en The Players Tribune.

Fallecido en 2011, ‘Seve’ era hasta Rahm el único español que había llegado al número uno mundial, en 1986. Sus logros internacionales provocaron entonces que miles de españoles comenzaran a practicar este deporte, entre ellos el padre de Rahm, quien se enamoró del golf al ver en directo a Ballesteros y el resto de figuras en la Ryder Cup de 1997 disputada en Valderrama (España).

Al volver a casa, el empresario Edorta Rahm se inscribió en el club de golf de Larrabea, donde su hijo Jon cogió sus primeros palos.

Tras probar con multitud de deportes como el fútbol, el tenis o el canotaje, Rahm comenzó a sentir algo diferente por el golf, por sus códigos y por competir contra sí mismo.

“Los españoles, y especialmente los vascos, que es la zona de donde yo provengo, somos muy testarudos”, describió Rahm en The Players Tribune. “Sé que ya lo has visto en mi estilo de juego. Pero es casi un modo de vivir. Si alguien de mi pueblo te dice que hará algo… mejor que le creas, porque lo hará. Simplemente así es como somos”.

Y “el golf es esencialmente testarudo. Se trata del respeto, del honor, y de todas las otras palabras que nos gusta decir sobre él”, subrayó.

De padre vasco y madre madrileña, el apellido Rahm le viene de un antepasado suizo que llegó al País Vasco a principios del siglo XIX.

El abuelo del golfista, Sabin, fue durante décadas delegado del Athletic de Bilbao, el equipo de fútbol de los amores de Jon Rahm, quien lucía su escudo en la bolsa de palos de los torneos hasta que un patrocinador le obligó a retirarlo.

 Primer Abierto para España

En 2011 recibió una beca de la prestigiosa universidad de Arizona State y desde entonces vive en Estados Unidos, donde conoció a su esposa, Kelley Cahill, también deportista universitaria, a quien pidió matrimonio precisamente en Torrey Pines en 2018.

En Arizona State tuvo como entrenador a Tim Mickelson, hermano de la estrella del golf Phil Mickelson, quien le ayudó a domar su fuerte carácter y a canalizar las emociones a su favor.

Apodado “Rahmbo”, nombre que llegó a lucir en su uniforme en el campo, el español se erigió como el mejor golfista amateur en dos temporadas consecutivas, un logro hasta entonces inédito.

Su brillante palmarés universitario, con 11 torneos ganados, y su estilo enérgico de juego pusieron el foco sobre este corpulento golfista cuando dio el salto al profesionalismo en 2016.

“Me siento capaz de ganar 19 (torneos) grandes”, dijo entonces el prometedor y ambicioso golfista, atrayendo miradas de incredulidad.

Por el momento, en sus vitrinas tiene cinco torneos del circuito de PGA estadounidense, el primero de los cuales ganó a los 22 años también en Torrey Pines en 2017.

Su regularidad y perseverancia le llevaron a alcanzar en julio de 2020, y mantener por cuatro semanas, el número uno del ranking, un puesto que su venerado Ballesteros ocupó durante 61 semanas.

Los torneos de Grand Slam fueron hasta el domingo su gran asignatura pendiente, ya que su mejor resultado era una tercera posición en el Abierto de Estados Unidos de 2019.

A Torrey Pines llegó tras una semana de cuarentena por su positivo por coronavirus en el Memorial Tournament, que le desbancó del torneo cuando era líder indiscutido.

Esta semana se reservó su mejor golf para la jornada final y, especialmente, para dos últimos birdies para la historia que le convirtieron en el cuarto español en alzar un Grand Slam y el primero en lograrlo en el Abierto de Estados Unidos.





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