Puebla

Sábado Santo en un balneario: sol, familia y música tropical

8 abril, 2023 4:40 pm
Liliana Tecpanecatl

La voz de Rigo Tovar impregna el ambiente de un toque tropical, a eso hay que sumar las palmeras, el sol radiante, familias enteras que juegan voleybol en shorts y camiseta. En la alberca aún hay espacio, aunque en una hora, ahí no va a caber un alma. Es Sábado Santo, en algún balneario de Cholula.

 

Mientras el cantante tamaulipeco cuenta la historia de amor que vivió con una sirena, María del Carmen enciende el anafre, ahí cocinará mojarras fritas. Es un día de asueto, pero ella no descansará del todo, porque la familia tiene que comer.

 

“Vine con mi esposo, mis cuñados, mis suegros y los niños, trajimos mojarras, tortas, cervecitas”.

 

Su esposo, José Trinidad; ajusta una sombra amarrando un cobija entre un árbol y otro. Rigo Tovar, desde la bocina, anuncia que será padre de una criatura marina. José destapa una cerveza y se prepara para disfrutar de un día en familia. Ataviado con lentes de sol, bermudas y gorra, se recuesta en el césped.

 

Cuenta que no pudo salir más lejos, pero hizo el esfuerzo para que al menos este sábado, él y los suyos pidieran tomar un respiro. Por los cinco integrantes de su familia, gastará alrededor de mil 500 pesos entre comida, bebida y entradas al balneario.

 

“Venir y estar con la familia un rato, además está re bueno el calorón, y así mucho mejor, venimos acá por la cercanía y pues entre entradas, comidas y todo, alrededor de mil 500 pesos; es un gasto algo fuertesón pero vale la pena por estar con la familia”.

 

 

Los niños son los más emocionados. El balneario sigue recibiendo gente, ya no hay espacio en el césped y ahora las familias se acomodan entre las jardineras. Rigo Tovar se presenta ante la corte de Neptuno. Rafael, tiene 7 años, asegura que sabe nadar y está feliz de poder disfrutar de la alberca y el sol.

 

“Sí se nadar, vengo con mis papás, mis tíos, y mis primos, mi hermano, bien estás vacaciones, padre, y a la gente le digo que la pase bonito y disfrute estás vacaciones”.

 

Algunos entusiastas ya están bailando, aunque la historia de Rigo Tovar con un hijo Sirenito es de pronto casi inaudible. Y es que de la nada aparecieron unos 15 muchachos con una bocina que inundó el ambiente de reguetón. Colocan una enorme hielera llena de cervezas, en el pasto y con el pie arriman la toalla que Trinidad colocó para apartar ese espacio.

 

Él hace una mueca, pero los chicos no muestran intenciones de ofrecer disculpas y mucho menos de retirarse. El padre de familia sabe que no tiene opción. Mira a su alrededor y ya no hay espacio. Entonces comprende que los chicos, también tienen derecho a una pedacito de diversión





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